miércoles, 17 de agosto de 2011

Arbol.

                                                              Esperar. Dejar de  esperar.
                                                   Cansancio. Fastidio. Bronca. Comprensión.
                                               Calma. Tristeza. Risa. Alegría. Ilusión. Fantasía.
                                     Conquista. Desilusión. Conquista. Desilusión. Cansancio.
                             Resignación. Negro. Gris. Negro. Gris. Luz. Mucha luz. Más luz. Risa.
                  Alegría. Besos. Abrazos. Caricias. Roses. Fusión. Pasión. Miradas. Respiración.
                           Ternura. Paz. Igualdad. Aventura. Aprobación. Devoción. Convicción.
                                Presión. Negociación. Tensión. Desilusión. Reclamo. Insensatez.
                                       Sensatez. Dolor. Amor. Confusión. Desesperación. Duda.
                                             Incertidumbre. Locura. Refugio. Perdida. Recuerdo.
                                                       Esperar. Dejar de esperar. Cansancio.
                                                                  Calma. Tristeza. Risa.
                                                                            Fantasma.
                                                                             Fantasia.
                                                                              Ruptura.
                                                                                 Alivio.
                                                                                 VIVO.

martes, 16 de agosto de 2011

Crónica de los días de las Heroínas mas bellas...

Ella dice que cuando se cae un cuchillo al piso… seguro vienen visitas. Que  cuando la mancha  es de tinto, tenes que ponerle vino blanco. Y si estas mal de la panza, siendo que te tomaste hasta el agua de los floreros pero igual te haces el boludo, te cura a través de toda una batería de cosas que te llevan a estar parado como media hora mientras ella implora por el destruido hígado del nieto que no se puede bajar de la carava. Yo elijo creer, elijo mirarla a los ojos y confiar en todo lo que me dice, y juro que cuando se cayó el cuchillo sonó el timbre, que la mancha desapareció perdiéndose en lo blanco del Yang de mesa, y que el domingo estaba mejor…. O al menos podía entrarle a un arroz pálido. Al fin y al cabo, frase que jamás entenderé pero queda de pelos, depositar nuestra fuerza en algo que nos tranquilice o nos haga obtener lo que deseamos, aun no está legislado. Si hay que admitir que grandes construcciones, que hasta nos asustan, se jactan de ser las más poderosas en cuestiones difíciles de cuestionar, pero  a la ve algo tan grande se desdibuja. Se pierde. Pierde la calidez de un gesto, o el ser oportuno con esas palabras que cobran más fuerza por el momento en el que nacen, que por lo que vienen a significar. Cantidades innumerables de trucos en el área culinaria, textil, ni hablar de los asuntos de  amoríos… que tema! Te ve con la cabeza abajo y una cara que te la pateas y te dice: “deja de joder che, con la pinta que tenes sabes las muchachitas que vas a conquistar”. Señores me pregunto: ¿si eso no es oportuno , que lo es?.
Así que bueno, simplemente quería hacerles un zoom a las heroínas de manchas, amores, comidas, pañales y todo tipo de ritos que día a día nos construyen, nos completan y nos aportan un condimento repleto de secretos que arrancan sonrisas y nos arrastran hasta las playas mas dulces del corazón.

                                                                                           Las quiero Abuelas.

jueves, 11 de agosto de 2011

Crónica de una ciudad... y una furia.


Me acuerdo de lo mucho que lo  esperé, y de lo rápido que paso. Dicen que lo que uno disfruta en demasía, por lo general, pasa en un parpadeo, como cuando sos peque y nunca llegas a jugar todo lo que queres. Mucha ansiedad, y una suerte de abstemia deliberada, en la cual me prometí no escuchar ningún disco hasta ese día. Si le buscan la fundamentación… van muertos. De pronto, estábamos ahí , con un amigo que comparte ciertas emociones melódicas y por eso nos congregamos. Llegamos temprano, el lugar parecía no terminar nunca. Poca gente, muchas butacas, mucho espacio, algo bastante impersonal. Nos sentamos a mirar alrededor, y las charlas no abundaban… como cuando algo grande esta por pasar, los sentidos bloquearon los pensamientos. Lo siguiente lo cambio todo, nos paramos ya no estaba azul el cielo, ni el lugar desértico. Nos pusimos en stereo, y el coro era interminable, las luces blancas de los dispositivos, casi como si  la noche llena de estrellas humanas se viniera encima tuyo. Era un clima único. No faltaba nada, solo él, perdón: ellos. Mire atrás y me vi siendo uno, y la vez todos, algo difícil de explicar. A este punto todo se volvió presente, las miles de construcciones futuras, conjeturas, ya estaban en otro tiempo verbal. Nos miramos con el man, y sonó un acorde, osea, un par de dedos, sobre un par de cuerdas sosteniendo un ritmo. Algo se libero, una energía que convertía a una masa de gente en una fuerza unísona poderosa, muy poderosa. Yo me quede un segundo duro, como inmortalizando todo,  sacándole una foto a las sensaciones. A partir de ese momento todos fuimos uno en ese lugar, la alegría de los rostros, que  a la vez ajenos, con mucho en común, o todo.
Siempre voy a preferir cerrar los ojos y sentir esa viola, verlo sobre el lado derecho del escenario con el pie izquierdo semiflexinado y apuntando al oeste. Siempre que lo necesite voy a poner un disco, y me voy quedar coreando como si estuviese con él. Siempre que me detenga a pensar en la vida, el chabón va a aparecer, y seguro se me inundan las canaletas oculares. Pocas veces me sentí en la situación de transitar un estado de Fe. No lo puedo evitar. Todas sus letras parecen conectarse, hasta presagiar algo en nuestras cabezas. Sin embargo algo me tranquiliza. Podría desaparecer, y seguiría viéndolo, podría quedarme sordo, y seguiría repasando cada riff en mi cabeza, porque ya trascendió, ya esta tatuado en los corazones de muchos y eso no tiene vencimiento. Y por suerte tiene amigos como Luis, que es un ángel terrenal, que le regala acordes y lo sufre sin cesar.
Creo en la energía, y sobre todo de millones, se que llega y la disfruta. Hoy te llevo más que nunca… y te llevo para que me lleves.

lunes, 8 de agosto de 2011

Una gota de sol en un mar de viento.


Y sin embargo vos creías que cuando llegas hasta un cierto punto, no hay marcha atrás. Pero también es cierto que donde termina tu cuerpo empieza otro, parafraseando a Jorge, y es ahí donde tal vez te fastidies. De un lado se piensa, al mismo tiempo que se hace, se siente, se respira. No sabemos porque las cosas que fluyen necesariamente deben ser boicoteadas por enormes pensamientos que lejos de no ocupar espacio te apastan como a una cucaracha, y no tenes nada con que detenerlo. Y es ahí donde las respiraciones fuertes y profundas, los besos que lo recorren todo hasta lo incomodo de esta lecura, dejando un poco para imaginar, se desvanecen y parecen dejar el escenario de la pasión, para ser decorado de la razón. De repente esos cuerpos desprovistos de ropas, y no de abrazos cambian sus uniformes del goce y las caricias, por uno de vergüenza. Estar desnudo pareciera incompatible con un debate que rebota entre lo que debió haber sido y lo que nunca jamás sucedió. El enredo no es el de las partes en armonías, ni el de las formas calurosas buscando fundir todo lo que somos. Pudimos estar tan cerca y al final no nos alcanzamos nunca. Yo no quería saltar vallas, vos querías construirlas. Yo me prometí verte sonreír, vos desconfiaste de que solo buscase eso. Yo quería dejar el pasado en la lacena, vos lo invitaste a los pies del encuentro. Yo salte hasta el cansancio, vos hiciste paredes cada vez más altas. 

domingo, 24 de julio de 2011

Crónica de un viaje dentro de otro viaje, dentro de otro viaje, dentro...

Es verdad que tengo que frenar mi cabeza.es una de las grandes certezas con  las cuales convivo día y noche. Estoy sobre una motocicleta de la cual no logro bajarme, dando vueltas una y otra vez. Mientras giro, yo no conduzco y no sé quien lo hace, mi cabeza esta hacia uno de los lados. Mi visión no está ahí, sino afuera. Entonces lo que empezas a sentir cuando logras poner en palabras que otra vez estas ahí, o que nunca te bajaste, es desesperación. La desesperación tiene que ver con una visión poco clara de todo. Y proviene de un agotamiento, como lo sugiere la palabra… cansado de esperar.  Esperar que? En este caso pensemos que tiene que ver con bajarse de la moto. Salirse del circuito, sentarse a pensar en la quietud, o simplemente disfrutarla. Pero debería ser la antesala de un gran movimiento, y ese movimiento tiene que dar muerte a la espera. No son dos cosas que pueden compartir tiempo y espacio. Pasamos mucho tiempo de nuestras vidas esperando; que llegue el cole, que cargue la mochila del baño, o que el amor de tu vida llegue. Grandes tiempos habitan nuestros días. Y si!... vos podes decirme que mientras esperas el cole, escuchas música; o mientras carga la mochila te lavas las manos. Yo te digo que en términos capitalistas estás haciendo productivo tu tiempo! Y si queres te felicito. Ahora que haces para capitalizar tu tiempo mientras la señorita que te regalo los instantes más desprovistos de pensamientos y las inspiraciones mas ondas, se va. Cuanto te desesperas pensando en lo que podría haber sido y  no fue, quizás no sea circular esta espera, ahí es donde no lo podes controlar, donde no tenes repuestos para esa mochila que ya no carga. Y ahí es cuando otra vez estas sobre la motocicleta, ella afuera, vos sin bajar, y si … otra vez.
Aca es donde grandes verdades caen, por ejemplo, “y bue… hay que volver a empezar”, empezar qué? Si estás viviendo algo circular. Si no te bajaste todavía. Para poder empezar algo tenes que encontrar la punta del ovillo, pero primero tenes que saber si el anterior en verdad se termino. Siempre es mas fácil decirlo mirando el circuito ajeno, saludando al vecino desde afuera. Y cada uno mira al otro y se justifica a sí mismo. Cae otra gran verdad: “míralo a Luis…pobre con lo que le paso y sigue adelante”. Nada es mas mediocre que usar de calmante el dolor del otro. Asi aprendemos a construir la otredad, pensando en que hay que empezar y hay que llegar, que la tibieza de los que abandonan o dejan de girar es símbolo de fracaso. Me pregunto que mierda tiene la gente en la cabeza cuando recomienda este tipo de medicamento. Porque mas allá de que viene en los mandatos, tiene un prospecto, el cual no debe solo saberse, debería reflexionarse, cuestionarse y  hacerlo propio. Inevitablemente me pregunto que me queda? Si no voy a casarme con nada de esto… y además la chica que me saludaba desde las gradas ya no esta.
No tengo respuesta… parece un comienzo, no? Pero que no implica espera, sino búsqueda.
Ah, y por último, debo aclarar que no seguire con las palabras porque estoy viajando a mi pueblo, y creo estar llegando… asi que bue… saquen sus conclusiones, a lo mejor somos millonarios…

miércoles, 20 de julio de 2011

Amigos.

Pocas constantes en la vida. La mayoría de las cosas recorren una línea irreversible, yendo de principio a fin, perdiéndose en el camino. Y claramente eso aumenta la cotización del tiempo, entre otras cosas. La buena noticia, es que tenemos cierta autonomía respecto de cómo invertirlo. Ahora bien, en esta lucha de tensiones, muchas cosas nos limitan; los recursos, la situación social en la que estamos inmersos, la cultura como parte contaminante de ella, y demás. Entre las diversas formas de llenar esos espacios temporales, se encuentran los seres que nos rodean, ya sea por una cuestión laboral, por genes, o por elección. Porque decidimos, en comunión con alguien, que eso que se respira, lo vamos a compartir. Ahí en esos momentos se gestan los mas maravillosos chistes, abrazos, emociones de múltiples índoles, cosas de las que podemos hablar cada vez que volvemos a vernos, por el simple hecho de  que están ahí siempre latente. En ese terreno todo es reversible, los enojos, los recuerdos, los retos. Porque  la conexión es muy fuerte, se construye y  se alimenta, es algo que los excede a ambos. Y mas allá de renegar un poco, en torno de lo comercial de las fechas, y los aniversarios, me dan ganas de detenerme a pensar en lo inmenso de la amistad. En las veces que uno se encuentra con un amigo, y lejos de verlo a el, encarniza, casi por reflejo, situaciones monumentales, en las que el estuvo y fue grande. Quiero aclarar que la emoción que siento al tratar de describir con palabras cosas que se sienten y punto, y viajo constantemente por amigos que vienen a mi ahora. Entonces creo en este sentimiento mutuo, nada mas que como una fuente de energía, yo creo que si hubiese un tester de energía de la buena, los momentos de carga, serian claramente todos los espacios con amigos, por más que duren un segundo. El tipo te dice “tranquilo fideo, va a estar todo bien…” y eso te pone erguido automáticamente, porque uno cree, cree y con eso basta (i love Fito!). y entre tantos sin sentidos, llamo a la reclasificación de héroes, y heroínas, para pensar que todos tenemos un Favaloro al lado, que igual que René tiene la capacidad de abrirnos el corazón, y que deja cicatrices, de esas que no se ven, pero no se borran.

                                                                      Los quiero, Fide.

martes, 19 de julio de 2011

Crónica de un encuentro con el desencuentro…

Resulta que los tiempos, no solo son internos. Sino que hay una especie de contagio, impregnación, y simbiosis, (se me acaban los recursos literarios, lo cual denota pobreza intelectual e inaptitud de quien escribe), respecto del lugar al que uno pertenece, y se mueve diariamente. Como producto se forja un ritmo, es decir, la repetición en este caso, de un cierto flujo de acciones que se ordenan y se reiteran descansando sobre cierta periodicidad. En otras palabras… la rutina. Y ahí cada lugar tiene lo suyo. Basta con situarse  en un medio, el cual no es tu habitad, o en el pueblo en el que ya no vivís hace ocho años, y al cual vuelves cada vez mas porteño y pelotudo( no digo que este no sea mi caso). Te sentas en el banco de una plaza, y comenzas a observar, no con el apetito de cuestionamiento, sino para desnaturalizar lo natural, lo dado, lo que debe ser, es decir, el deber ser. Y aparecen grandes eventos , como por ejemplo la carrera del mediodía. Este evento , no deportivo, ya que carece de institucionalidad, pone en evidencia la necesidad de puntualidad y desesperación por llegar al hogar casi antes de salir. Entonces, motos, autos, bicicletas, camionetas, y demás “etas”. todos disputando un gran prix culinario, porque claro, después de eso la jornada sigue. Y vos pensas, yo almuerzo… tipo 3, si me dan ganas… sino asesinas un carrito de panchos. Mientras todo esto sucede, notas que en ese espacio publico parquizazo, llamado plaza, ya no estas solo. Grandes cantidades de personas socialmente catalogados como “jubilados”, lo cual me enerva de manera incisiva, ya que se los reduce a una posición en el sistema productivo, ósea no son seres que merecen disfrutar de su vida y sus derechos, sino mas bien una carga estatal, ignorados a mi juicio, y aca me parece bueno opinar, ya que soy el dueño de las palabras, lo cual convierte en un monopolio literario, y con estas excusas sin sentido, me permito argumentar que escuchar a los que mas años llevan en esto de vivir, puede ser muy lindo siempre y cuando no busquemos soluciones productivas. Charlando con uno de los grupetes, notas que hasta la velocidad en el habla, la velocidad de los gestos , son ciertamente anacrónicos# y desesperantes, para jóvenes pedantes, que al mismo tiempo: chatean, twitean, postean, descargan, descomprimen, y que se yo cuanta mierda mas.(perdí la educación, pero no perdí la posibilidad de transmitir lo que siento ahora). Hallarte en estos ritmos ajenos, puede parecer insignificante, estupido, tendencioso y humanitario, o te puede parecer de una enorme sensibilidad, y hasta una parasitosis de las buenas. Tomarse el trabajo de compartir algo así, sin mas que compartir, enriquece sin enriquecer, y nos distrae de nuestro peor enemigo… nosotros. Ufff…, me agote, lo dejamos acá.